Iván Bolado era el otro delantero que ansiaba tener Paco Fernández para terminar de perfilar la plantilla, aunque el jugador reconoce que su fichaje «no era como el de Bale o Cristiano Ronaldo, mi incorporación no eran tan imperiosa». Sólo necesitaba acumular entrenamientos, coger el tono físico y despejar la incógnita del estado de su rodilla. El míster le dejó entrenarse con el resto del grupo y en cuanto Koné fue expulsado contra la S.D. Logroñés -aunque luego su sanción fuera perdonada-, pidió su fichaje públicamente en rueda de prensa. Sin embargo, tras largas semanas de tira y afloja, el pasado viernes Bolado y el Racing decidieron que el culebrón se terminaba y que el cántabro no iba a incorporarse ni a entrenar más con la primera plantilla. Dice que se va «sin resentimiento» y explica que el motivo de su marcha es «que no estaba dispuesto a ceder en lo deportivo tanto como lo había hecho en lo económico».
«El dinero nunca ha sido un impedimento». El delantero cántabro estaba dispuesto a casi todo para quedarse en el Racing y así poder acumular minutos de juego. Pero, al final, no hubo entendimiento. No culpa al entrenador, del que dice haber recibido «toda la confianza», y tampoco le da muchas vueltas. «El fútbol se ha convertido en un trabajo, y si no me quieren aquí, pues en otro lado me querrán», afirma con sinceridad. «Los clubes son empresas y contratan a quienes quieren, por supuesto», añade.
Sin embargo, su caso no deja de llamar la atención. Tras varios meses entrenando con el primer equipo, la pasada semana se precipitaron los acontecimientos. «No llegamos a un acuerdo y eso que en lo económico hice un esfuerzo tremendo para poder quedarme. Pero en lo deportivo tenía claro que no iba a ceder tanto. Al final, el club decidió no aceptar ni lo uno ni lo otro».
Sin embargo, durante todo este tiempo también ha habido situaciones que podrían haber condicionado la decisión del presidente Ángel Lavín. Bolado se marchó a Tailandia a probar con el Buriram United del exracinguista Alejandro Menéndez y del cántabro Osmar. Paco Fernández, que aseguró entonces no saber dónde estaba, se enfadó aunque le permitió a su regreso seguir ejercitándose con el grupo. «Cuando me fui, él sabía que me podía marcharme. Simplemente hubo un fallo de comunicación. Siempre ha sabido lo que hago o dejo de hacer. Eso no ha sido un motivo para no fichar», afirma el delantero.
Después fue convocado con Guinea Ecuatorial para jugar frente a la selección española el 16 de noviembre y, aunque algunos compañeros suyos como Igor Engonga y Kily regresaron el jueves 21, él no se reincorporó a la disciplina verdiblanca hasta el lunes 25. «El míster sabía cuando me iba, pero no cuando venía. Ya le explique que el viaje era a África y, para el que no sabe, nosotros vamos con fecha de salida pero no de regreso, todo depende de la Federación. Llegué más tarde de lo normal, como otros compañeros. No hubo ningún malentendido. Lo hablamos y sin problemas», asegura. Por tanto, descarta que su salida del Racing se produzca por el enfado de su entrenador.
Mientras busca destino, porque él lo que quiere es volver a sentirse futbolista, se consuela con las sensaciones que tuvo en el choque ante España. «De la lesión me encontré bien, pero me falta ritmo».
Fuente: El Diario Montañés