s miembros de 'La Gradona' y al resto de socios de esa zona en la Tribuna Norte. Esa es la decisión que Ángel Lavín trasladó ayer a representantes de la Policía Nacional y a directivos de 'La Gradona de los malditos' en la reunión que mantuvieron en los Campos de Sport de El Sardinero. Una medida firme que se aplicará durante el resto de la temporada.
El club justifica la decisión en la invasión de campo por parte de los aficionados de esa zona que se produjo tras el partido contra el Coruxo para protestar contra la directiva y contra los impagos a los jugadores. Según el presidente del Racing, pese a que el árbitro no reflejó la invasión en el acta, la Federación ha abierto un expediente al club y para evitar posibles acciones similares en el futuro que puedan acarrear sanción, ha decidido tomar esta decisión de cerrar la Preferencia Norte, separada del césped tan sólo por un pequeño muro.
Pablo Rodríguez, directivo de 'La Gradona', núcleo de aficionados del que forman parte las nueve peñas más animosas del Racing, mostró su desacuerdo con una decisión que es «completamente ilegal», además de defender que la protesta fue «totalmente pacífica» y que se produjo con los jugadores y el trío arbitral ya en los vestuarios.
Reclamaciones
Lavín le respondió que si tienen alguna queja acudan a las vías judiciales disponibles para hacerlo, pero que es una decisión ya tomada y no va a modificarla. Los miembros de 'La Gradona' ya han anunciado que presentarán una queja ante la Policía Nacional y otra ante la Delegación de Gobierno, además de las que puedan presentar los socios de forma individual ante la Dirección General de Consumo. Los socios de la Preferencia Norte, que pagaron por su abono 99 euros -descuentos por antigüedad y por ser peñistas al margen-, ocuparán el resto de temporada una localidad en la Tribuna Norte, cuyo precio era de 205 euros.
'La Gradona de los malditos' volverá así a ubicarse en la curva donde se han instalado durante las dos anteriores temporadas. Este verano decidieron bajarse a la preferencia por el alto precio de los abonos para una categoría como Segunda B y para meter más presión a los rivales en una zona mucha más próxima al césped. La medida nunca gustó a los miembros del Consejo de Administración del Racing, que trataron de impedirla al principio de temporada. Ahora, con la invasión de campo, «han tenido la excusa perfecta para hacerlo», según relató ayer Pablo Rodríguez.
Fuente: El Diario Montañés