En el Racing todo son peros. Los jugadores, entrenadores y trabajadores no cobran, el ambiente está enrarecido, el presidente Lavín no cumple sus promesas y durante la semana se habla más de impagos que de fútbol. Con este menú, lo más lógico sería que los días de partido el fiasco estuviera asegurado. Pero la plantilla del Racing de este año también es diferente. Está unida. Sabe que la única esperanza de salvación pasa por continuar todos juntos y pelear por el ascenso. Por eso, siguen creyendo. No les queda otra. Ante el Marino, pese al revuelo que se vivió en la grada, consiguieron amarrar un punto que, unido al empate del Guijuelo en Zamora, les permite seguir líderes del grupo I de Segunda B.
El anuncio de Agustín y de Nieto de querer abandonar el equipo ha alertado el vestuario que sabe que para seguir adelante necesita estar unido, sin fisuras. Por eso, los que no cobraron durante las navidades -el presidente Lavín sólo pagó a tres futbolistas- no pusieron el grito en el cielo por el desagravio. «Nuestro futuro pasar por intentar ayudar a los compañeros para que se queden, porque sería una pena que se fuesen ya que la meta del ascenso se debilitaría. Nuestro objetivo es estar unidos y seguir todos juntos», afirmaba Mariano nada más finalizar el encuentro el pasado sábado ante el Marino de Luanco. Una opinión similar a la de Oriol, el central ilerdense afincado en Santander y que no se plantea pedir la baja. «Cuando no tienes para dar de comer a los tuyos o para pagar el alquiler, la gente se preocupa. Hay que solucionarlo porque hay equipo para subir», explicaba.
Y en eso está el entrenador, precisamente. Paco Fernández debe apagar muchos fuegos durante la semana. No sólo se dedica a entrenar. Sabe que si se produce una desbandada masiva, todos saldrán perdiendo. Aunque, por otro lado, también comprende al futbolista que tiene dificultades económicas. Por eso, tras hablar con Agustín, decidió no alinearlo, según él, «porque no le vi bien anímicamente».
Los que sí jugaron ante el Marino de Luanco tuvieron que sobreponerse y luchar para que la mente no se les evadiera. Siempre lo intentan, pero no siempre lo consiguen. Y no se despistaron sólo por culpa del barullo que se montó en la grada al cerrar el presidente la Preferencia Norte. «Aunque intentamos estar los noventa minutos centrados en el partido, las cosas afectan porque no dejamos de ser personas», admitía Andreu. Durante los diez primeros minutos del partido, la atención del público se dividió entre el palco y la zona norte del estadio. Una sensación que se trasladó al terreno de juego, donde los futbolistas deambularon sin rumbo durante unos minutos. «Los que más nos dimos cuenta de lo que sucedía fuimos los que estábamos en el banquillo», cuenta Saúl.
«Te enteras»
Sin embargo, Oriol, que el sábado fue titular, se percató de lo que sucedía en la grada. «Lo ves y te enteras. Es una situación complicada, pero nosotros siempre agradeceremos el apoyo a La Gradona». Así que, con este panorama, la plantilla debe hacer un esfuerzo para aislarse, porque durante los noventa minutos de juego tuvieron oportunidades suficientes para marcar y finiquitar el partido.
La promesa de Ángel Lavín es pagar, a través de la Asociación de Futbolistas, una de las nóminas atrasadas, pero también es consciente de que desde ayer, día 5, les debe una más. Los jugadores, por su parte, esperan con ansias que mañana, día laborable, sus cuentas bancarias reflejen algún ingreso. Si no, cundirá el desánimo y como se puedo observar en el último encuentro, este tipo de situaciones afectan en lo deportivo. Pero, según Mariano, «con otro vestuario, esto estaría más jodido».
Aunque no es consuelo, pese al tropiezo liguero en forma de empate el equipo sigue siendo líder, con los mismos puntos que el Guijuelo. Los cántabros se beneficiaron del uno a uno del conjunto charro en su desplazamiento a Zamora. Por detrás, el Racing de Ferrol (3º está dos puntos por debajo, el Ourense (4º a tres y el Oviedo (5º a cuatro.
Fuente: El Diario Montañés