«No soy delantero». Esas fueron las primeras palabras de John-Cristophe Ayina (Rouen, Francia, 1991) tras disputar su primer encuentro con el Racing. Al futbolista francés le tocó ser la referencia ofensiva del conjunto cántabro en su desplazamiento a Guijuelo, el pasado mes de septiembre, y dejó dos cosas claras. Que su mejor forma física estaba aún por llegar y que el área no era su hábitat natural. Con el paso de las jornadas, ha mostrado las mejores pinceladas de su fútbol en la posición de extremo. El sábado en Avilés se estrenó y marcó su primer tanto con la camiseta verdiblanca -un auténtico golazo-, firmó sus mejores minutos y salió del campo lesionado antes de tiempo. Su trayectoria puede cortarse si la exploración inicial de los servicios médicos se cumple: una posible rotura de fibras en su pierna derecha.
Las necesidades obligaron a Paco Fernández a alinear ese día en Guijuelo a Ayina en la delantera. La afición le puso la cruz después de verle correr detrás del balón los sesenta y cuatro minutos que estuvo sobre el césped. Después cayó en el olvido. Poco a poco fue afinando su físico porque sabía que le llegaría su oportunidad. Paco también lo sabía. Podían llegar las lesiones de compañeros o lo que finalmente ha sucedido, la marcha de jugadores por los impagos. Esto le ha dado una oportunidad. El sábado, en el Román Suárez Puerta, Ayina fue el líder del Racing. Y eso que sólo estuvo 37 minutos sobre el terreno de juego. Aunque su primer gol con el Racing no estuvo exento de polémica. Desde Avilés acusan a Borja Granero de entrar duro y dejar en el suelo a un rival, y a Ayina de no tirar el balón fuera para que pudiera ser atendido. El francés no se dio cuenta, cogió el balón, dejó plantados a dos zagueros rivales y fusiló al meta con un potente disparo desde fuera del área que se colocó por la escuadra de la portería de David. Ayina enloqueció. Estaba hipermotivado. «Obviamente, estoy muy satisfecho por haber marcado mi primer gol con el Racing, pero sobre todo porque sirvió para ganar el partido. Podría decirse que estoy doblemente contento», explicó ayer.
Pero el estreno no fue todo lo feliz que le hubiera gustado. Aunque todavía no le han podido hacer pruebas para determinar el alcance exacto de su lesión (debe esperar a que le baje la inflamación), las primeras exploraciones que el club hizo públicas dicen que podría tener una rotura de fibras en el isquiotibial de su pierna derecha. Una lástima, porque su progresión se vería cortada. Ahora que empezaba a entonar, estaba empezando a disfrutar de oportunidades y con la marcha de Nieto había un hueco libre en el once titular. Pero no quiere pensar en eso, prefiere centrarse en el bien común. «El objetivo es subir a Segunda y eso está en la cabeza de todo el mundo. Creo que se puede conseguir, el vestuario está muy unido y podemos hacer grandes cosas también en la Copa», explica.
Pasión por la Copa
Ayina se formó en la cantera del París Saint Germain, de allí pasó al Quevilly de la Tercera División, un club modesto que protagonizó una de las historias más emotivas del fútbol moderno: en la temporada 2011-2012 llegó a disputar la final de la Copa de Francia contra el Olympique de Lyon, que se llevó el trofeo tras derrotar por 1-0 al equipo del futbolista racinguista. Antes, en cuartos y semifinales, los goles del ahora verdiblanco sirvieron para eliminar al Olympique de Marsella y al Stade de Rennes, respectivamente. Por eso, superar mañana al Almería es uno de los grandes deseos del jugador, aunque tendrá que ver el encuentro por la televisión.
El jugador galo recaló por primera vez en España en el Córdoba de la mano del periodista y exdirector deportivo del Getafe Alfredo Duro, que fue su máximo valedor. Vino para ser una de las estrellas del equipo andaluz y fichó por dos años, con posibilidad de una temporada más en función de su rendimiento, pero no llegó a adaptarse al equipo y no dispuso de minutos. Fue cedido al Écija, del Grupo IV de Segunda División B, donde marcó tres goles en 17 partidos. Este verano, Ayina regresó de nuevo al Córdoba donde disputó los partidos de la pretemporada, mostrando una gran mejoría, en especial en su forma física. Cuando todo parecía que el entrenador iba a contar con él para esta campaña, se anunció su llegada al Racing, motivada por los fichajes de última hora del conjunto andaluz: Uli Dávila y Germán Pacheco.
Fuente: El Diario Montañés