Un equipo a medio hacer. El Girona, con muy poco, hizo patentes las carencias del Racing en su debut en Segunda División, especialmente en materia ofensiva. La actitud, la habitual de esta plantilla. Incuestionable. Pero la escasez de efectivos, las bajas de Koné y Mariano y la falta de calidad arriba fueron un lastre demasiado grande. El gol de Felipe en la primera parte fue suficiente para doblegar a un equipo montañés serio y peleón pero muy romo.
El Racing comenzó el partido avisando, con un disparo de Orfila desde la frontal del área que se marchó desviado. El conjunto cántabro parecía bien plantado sobre el césped, pero esa solidez empezó a tambalearse cuando el Girona comenzó a lanzar contras, lideradas por un peligrosísimo Felipe.
Llegaron así unos minutos en los que la superioridad del equipo catalán fue manifiesta. Mario tuvo que verselas con el citado Felipe, que quiso convertirse en protagonista del partido. Así, en las dos primeras chances, el meta salió victorioso, repeliendo los duros disparos del delantero rojiblanco. A la tercera, el atacante pinchó dentro del área un preciso centro de Lejeune a la espalda de la defensa y su remate lo despejó el arquero cántabro. Parecía que iba a volver a salirse con la suya. Sin embargo, el rechace cayó en las botas del habilidoso jugador del Girona, que, esta vez sí, iba a adelantar a su equipo.
Las dudas se apoderaron del Racing tras el gol, aunque poco a poco los hombres de Paco Fernández se rehicieron. Aún así, la buena actitud no se veía refrendada con la precisión y la alta velocidad de ejecución en ataque que sí había mostrado el rival unos minutos antes y que terminó por marcar la diferencia en el partido.
Los verdiblancos dispusieron de un par de ocasiones peligrosas. En la primera, el centro chut de Borja Granero cuya rosca se envenenó, a punto estuvo de darle un susto a Becerra; y en la segunda, Javi Soria remató de cabeza un centro de Andreu, mandando la pelota cerca del poste derecho. Fueron los principales acercamientos del Racing en esta primera mitad.
En la segunda, Becerra fue un mero espectador. El ataque racinguista, con Borja Granero reconvertido a delantero centro y con Miguélez como mediapunta, no fueron capaces de hacer daño. El habitual mediocentro estuvo voluntarioso, pero sin capacidad ofensiva entre los zagueros locales y el asturiano controló mucho la pelota de espaldas, sin lograr una conexión con sus compañeros en posiciones de peligro.
Por eso, en la segunda parte, el Girona dejó el partido a merced de su contraataque. Cedió el balón a un Racing que perdía sus opciones al cruzar la línea de tres cuartos y los centros cántabros al área los despejó siempre con solvencia la defensa catalana. Dominio sin premio. De hecho, la única ocasión relevante de la segunda mitad fue para los catalanes. Llegó en un error de la línea defensiva del Racing, que tiró mal el fuera de juego en una falta lateral, Lejeune entró en posición correcta y su remate, solo desde el punto de penalti, lo atajó Mario. Hubiese sido la sentencia.
Los cántabros siguieron intentándolo con corazón, pero sin suerte. Los dos últimos centros de Iñaki, al graderío, fueron una muestra gráfica de que este no era el partido del Racing. Paco dio entrada al único delantero disponible, Óscar, en los últimos minutos, pero ya era demasiado tarde. El Girona había anestesiado el encuentro hace tiempo para hacerse con los tres puntos.
Girona 1
Becerra, Cifuentes, Ramalho, Richy, Lejeune, Juncà, Pere Pons, Granell (Juanlu Hens), Jandro (Cristian Gómez), Felipe (Aday) y Mata.
Racing 0
Mario, Orfila, Samuel, Bernardo (Óscar), Saúl, Andreu, Javi Soria (Fede San Emeterio), Miguélez, Concha (Rubén Durán), Iñaki y Borja Granero.
Gol
1-0. Minuto 14, Felipe
Árbitro
Pérez Pallás (Colegio gallego). Amonestó a los racinguistas Bernardo, Samuel, Oriol y Miguélez.
Incidencias
Estadio de Montilivi. Pobre entrada. Césped en irregular estado. 3.080 espectadores en la primera jornada de la Liga Adelante.
Fuente: El Diario Montañés