La temporada en el infierno de Segunda B comienza con un triste empate (1-1) en Luanco ante el Marino. Ni los 500 aficionados que quisieron demostrar que el Racing no camina solo en su travesía pudieron empujar a su equipo para arrancar los tres puntos al sobrio conjunto local. A los pupilos de Paco Fernández les queda mucho para convertirse en un equipo solvente en una categoría en la que el oficio y la actitud opacan la calidad.
La primera parte del Racing no pasará a la historia como brillante. El principal dato para justificar el argumento es que el meta Mario tuvo que emplearse hasta en tres ocasiones ante las acometidas asturianas.
Sin embargo, en el otro área, aunque los cántabros dispusieron de varios acercamientos peligrosos, el meta Dani pasó totalmente desapercibido en este primer período. Dos disparos de Rubén Durán y un gran pase interior de Miguélez que Iñaki no acertó a controlar fueron las bazas ofensivas del equipo de Paco Fernández.
Además de la actuación del guardameta, lo más destacable fue la actitud del ariete Mariano, que se fajó con la defensa del Marino de Luanco, aunque sin suerte de cara a portería.
Mientras, la zaga racinguista pasaba numerosos apuros cuando el equipo local ponía la pelota en juego a balón parado. Sólo Mario estuvo a la altura en los balones colgados sobre el área. Con estos ingredientes, al descanso se llegó con empate en el marcador.
En el minuto 13 de la primera mitad, la afición cántabra se hizo notar en el graderío de Miramar, con gritos y cánticos contra Ángel Lavín, que se encontraba presente en el palco.
Los primeros minutos de la segunda parte no fueron otra cosa que la continuación de los finales de la primera. Así, el Racing no daba la impresión de poder superar a su rival. Sin embargo, el gol de Borja Granero puso a los asturianos entre la espada y la pared. El centrocampista logró marcar tras un duro disparo desde el punto de penalti. Y llegaron los mejores minutos cántabros, en los que sólo el meta Dani evitó que la victoria se marchase definitivamente a Santander.
Pero la chispa se le apagó a los de Paco Fernández, que volvieron a sucumbir en un error defensivo. La indecisión de Agustín dentro del área fue aprovechada por Muñiz para empatar el partido. El tanto asturiano devolvía el partido a los cauces previos. Acercamientos intermitentes del Racing y peligro aéreo local.
Los visitantes pudieron marcar en una jugada de estrategia que Oriol no acertó a rematar a gol. El 'uy' se oyó en la grada ocupada por la afición racinguista. La ocasión más clara llegó tras una galopada de Koné que terminó con centro del africano y remate de Rubén Durán al larguero. Era la estrecha línea entre la victoria y el insulso empate que no se movería porque el Marino se conformaba y el Racing no daba para más. Es el fútbol en el infierno de la Segunda B y a los cántabros les quedan muchos partidos así por delante.
Marino de Luanco 1 - 1 Racing
Marino de Luanco: Dani, Dudi, Guaya, Omar, Espolita, Saavedra, Alejandro (Diego, 80), Álvaro Muñiz, Jandro (Titi, 61), Pevida y David (Pablo Hernández, 88).
Racing: Mario, Barrio, Oriol, Agustín, Saúl García, Andreu, Durán, Borja Granero (Javi Soria, 74), Iñaki (Koné, 60), Mariano y Miguélez (Luque, 87).
Marcador: 0-1, Min. 52, Borja Granero.1-1, Min. 64, Álvaro Muñiz.
Árbitro: Aitor Cid Puga, del colegio gallego. Amonestó por parte local a Álvaro Muñiz, Dudi, Saavedra y Jandro.
Incidencias: Campo de Miramar, en buen estado. Cerca de 500 aficionados cántabros en las gradas.
Fuente: El Diario Montañés